La antigua carretera de Níjar y su vínculo con Los Molinos.
La antigua carretera de Níjar, que atravesaba el barrio de Los Molinos en Almería, fue durante décadas una vía crucial que conectaba la ciudad con las zonas rurales y costeras del levante almeriense. Este camino no solo facilitaba el transporte de mercancías y personas, sino que también era testigo del bullicio diario de un barrio en constante transformación.
En aquellos tiempos, las aspas del molino se orientaban hacia la carretera de Níjar, marcando un punto icónico junto a la señal que indicaba el inicio del barrio de Los Molinos. Apenas unos metros después de esta señal, se encontraba la primera parada de autobús de la zona, situada frente a la entrada principal de la tienda y fábrica de embutidos “Díaz”. Esta ubicación, junto con la relevancia del comercio local, hizo que la parada fuera conocida popularmente como “Los Díaz”.
La parada «Los Díaz» no solo hacía alusión al transporte público, sino que también se convirtió en un punto de referencia y encuentro para los vecinos. Mencionar su nombre era suficiente para localizarla, ya que su cercanía al molino y la actividad comercial que lo rodeaba la hacían inconfundible.
Con el crecimiento y urbanización del barrio durante las décadas de 1970 y 1980, el paisaje de Los Molinos cambió drásticamente. Las huertas y solares que flanqueaban la antigua carretera de Níjar dieron paso a modernas construcciones residenciales. A pesar de estas transformaciones, el molino y su entorno conservaron su papel central en la vida del barrio durante muchos años. Más tarde, la finca y la fábrica desaparecieron, y la carretera fue completamente rediseñada. Sin embargo, la parada «Los Díaz» mantuvo su denominación, permaneciendo en el mismo lugar, aunque rodeada de un entorno muy distinto, que reflejaba los cambios experimentados por el barrio.
Hoy en día, la parada de autobús «Los Díaz» sigue siendo un punto de referencia en el transporte público de la zona, aunque ha sido desplazada unos metros hacia el Parque de Los Molinos, tras la construcción de la rotonda de la calle Institución. A pesar de los cambios, el nombre de la parada sigue siendo un recordatorio del papel histórico que el molino desempeñó en la vida del barrio.