Evolución de la marca Díaz

La evolución de la marca Díaz, la empresa de Octavio Díaz, ha estado marcada por un símbolo inconfundible: el molino. Un emblema que ha acompañado la evolución de la marca, reflejando su identidad y arraigo con el tiempo. A lo largo de los años, nuestra identidad visual ha evolucionado, reflejando los tiempos y los cambios en nuestra empresa, pero sin perder nunca la esencia de su origen.

1964: El Origen de una Identidad

El primer logotipo de Octavio Díaz, era una imagen cuyo diseño consistía en el apellido «Díaz» con una tipografía gótica dentro de un marco con forma ovalada. Al fondo, una ilustración del molino, sobre el cual se indicaba fábrica de embutidos, otorgando a la marca una identidad fuerte y reconocible. Este logotipo consolidó la presencia de la empresa en el mercado y se convirtió en un símbolo de calidad en la industria alimentaria.

Tarjeta empresa años 60 Fábrica Embutidos Díaz. Almería
Tarjeta empresa años 60
Envase para salchichas Frankfurt, años 60. Embutidos Díaz. Almería
Envase salchichas años 60

Un nuevo enfoque visual

Con el paso de los años, la marca se adaptó a los nuevos tiempos. Se introdujeron versiones monocromáticas, simplificando el diseño del molino , incorporándolo al propio óvalo para hacerlo más versátil en diversos soportes. El rojo intenso del contorno se convirtió en un sello característico, mientras que el azul se utilizó para la tipografía, manteniendo su esencia clásica. La frase «Almería, Costa del Sol» comenzó a acompañar el diseño, enfatizando el origen geográfico y el arraigo local. El slogan hacía referencia a la denominación acuñada por Rodolfo Lussnigg a principios del siglo XX para promocionar el litoral almeriense. Durante décadas, esta frase fue un símbolo local y se usó ampliamente en la promoción comercial y turística de la provincia.

Logotipo empresa años 70

Modernización y la incorporación del Molino

A partir de 1980, la marca experimentó una transformación clave en su identidad, consolidando el Molino de los Díaz como su imagen principal. La ilustración del molino se volvió más detallada y colorida destacando su característica arquitectura. Este rediseño buscó unificar la identidad visual y reforzar el vínculo entre el producto y su historia, otorgando mayor protagonismo al molino como símbolo central de la empresa.

Un símbolo de generaciones

Durante generaciones, el Molino de los Díaz ha sido más que un simple logotipo; ha sido un referente en la memoria de quienes han crecido asociándolo a los embutidos «Díaz». El apellido se identificaba automáticamente con este símbolo, estableciendo un vínculo inseparable entre el molino y la marca. No solo fue una empresa de producción alimentaria, sino también un punto de encuentro en su etapa como self-service, donde su imagen evocaba tanto el sabor de sus productos como el recuerdo de un lugar de reunión y disfrute. Además, el Molino de los Díaz desde 1968, tuvo una destacada participación en la Feria de Almería convirtiéndose en una tradición para las familias almerienses.

No puedes copiar el contenido de esta página